viernes, 19 de octubre de 2012

Mito Científico




Mito científico

El concepto de método proviene del griego methodos (“camino” o “vía”) y hace referencia al medio que se utiliza para llegar a una cierta meta.
Científico, por su parte, es el adjetivo que menciona lo vinculado a la ciencia (un conjunto de técnicas y procedimientos que se emplean para producir conocimiento).
El método científico, por lo tanto, se refiere a la serie de etapas que hay que recorrer para obtener un conocimiento válido desde el punto de vista científico, utilizando para esto instrumentos que resulten fiables. Lo que hace este método es minimizar la influencia de la subjetividad del científico en su trabajo.
El método científico está basado en los preceptos de falsabilidad (indica que cualquier proposición de la ciencia debe resultar susceptible a ser falsada) y reproducibilidad (un experimento tiene que poder repetirse en lugares indistintos y por un sujeto cualquiera).

Mitos científicos más comunes y que han sido totalmente desacreditados.

 -Raparse el pelo hace que crezca más rápido, más grueso y más oscuro
El tiempo de crecimiento del cabello es siempre el mismo para cada persona, se lo rape al cero o solo las puntas. En cuanto al grosor, hay que pensar que cuando crece un pelo nuevo (en una cabeza rapada) éste siempre es más grueso, pero a medida que va creciendo, el pelo se vuelve más fino. La tonalidad más oscura se la da el hecho de que el pelo recién salido todavía no ha sido blanqueado por el sol.

-Hay que beber al menos ocho vasos de agua al día
No hay ni una sola evidencia médica que indique que una persona necesita diariamente beber esa cantidad de agua. Evidentemente hay que aportar a nuestro organismo agua, para que éste no se deshidrate (sobre todo en verano), pero cada persona tiene una composición física y metabólica diferente, por lo que cada uno necesitamos una cantidad mayor o menor de agua para encontrarnos en perfectas condiciones.

-Las uñas y el pelo siguen creciendo después de morir
En realidad no crecen ni las uñas ni el pelo, es todo lo contrario, son los tejidos los que encogen, dejando a la vista más trozo de pelo y uña. Ello es posible debido a que, tras el fallecimiento, en el organismo comienza un proceso de deshidratación (lo que quiere decir que el cuerpo pierde su agua).
Esta deshidratación provoca que los tejidos se encojan y al encogerse queda a la vista la parte del pelo que está incrustada en la piel y lo mismo pasa con el trozo de uña que permanece oculta bajo la piel de los dedos, pues queda visible al encogerse estos a causa de dicho proceso.

Sólo utilizamos el 10 por ciento de nuestro cerebro

No hay una sola prueba o evidencia que demuestre que tan solo utilizamos un 10% de nuestro cerebro. Se ha hecho mucha literatura al respecto y es uno de los mitos (o leyendas urbanas) que más éxito tiene entre los amigos de propagarla.  Hay quien incluso se la atribuye (erróneamente) a Albert Einstein, aunque, posiblemente, el mito nace a principios del siglo XX, en el que los charlatanes, vendedores ambulantes y otros amigos de lo paranormal, querían convencer a la gente de que aún no habían llegado a su potencial máximo y así convencerles para que comprasen sus productos milagrosos.




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